25 de septiembre de 2010

La ville de Lille!

Como muchos de los pocos que leéis esto sabéis, hace un par de semanitas que vivo nada menos que ¡¡en Francia!! Que sí, que es el país de al lado, que hay destinos muchísimo más interesantes para otras personas, pero para mí, ir a Francia, al norte de Francia es un cumplir un sueño. Me gusta mucho este país y quería quitarme el mal sabor de boca de cuando fui al sur, no por nada en especial, sino porque más o menos es como España y siempre me había imaginado algo diferente, más o menos como el norte ^^

Cuando he escrito emails o he contado algunas cosas o me han preguntado, siempre he dicho que estoy encantada. ¡Y es cierto! Me gusta mucho el minipueblo en el que vivo y la ciudad preciosa que está al lado (la ville de Lille!), la posibilidad de hacer talleres, museos, de ir a exposiciones, de ver los parques y no sé hacer muchas cosas que ni he hecho pero tengo en mente y me deja con ganas de seguir estando aquí durante muucho tiempo. Además escuchar a todo el mundo hablar en francés, aprender expresiones (que ya iré poniendo cosillas) y hablar es genial. En la universidad no hago gran cosa, lo justo para poder conocer gente y hacer deportes. Ahora que he descubierto que las verduritas son más baratas y que el deporte es gratis, dan muchísimas más ganas de seguir la vida sana. Aunque no me puedo quejar, que al fin y al cabo estoy en el país de las becas y creo que me darán un pellizquito para poder derrochar y comprarme pasta de 2 euros en lugar de 1,50 jaja.

Bueno, aparte de todo lo que me encanta y que es una experiencia diferente, puedo ponerme un poquito seria para que se me entienda mejor. Lo primero es que hoy es un día triste: hace frío (normalmente con una chaquetita se va de lujo), viento y está lloviendo, lo que no me importaría tanto si no me hubiera perdido la única ruta en patines que podía hacer por mi ville.

Hay momentos de todo tipo: te sientes feliz porque conoces sitios nuevos, conoces gente nueva y de repente, en dos semanas, todo te parece familiar. Te sientes nostálgica porque, bueno, echas de menos poder hacer una llamada y tomarte unas raciones en una terraza. Te sientes sola porque te falta gente con la que conectar de verdad, aunque hay un par de personitas con las que me siento muy a gusto y completamente en mi salsa, me faltan los recuerdos compartidos y conexión en general. Luego, pues bueno, es evidente que cuando desde tu habitación puedes escuchar a tus vecinos darse mucho pero que mucho amor, echas de menos a ese pequeño que puede darte cariño, que puede acariciarte cuando te sientes sola, que te sonríe y te dice guapa aunque tengas unos pelos de loca y una cara de sueño de recién levantada y a quien, en definitiva, decir todo lo que sientes. No, no sólo decirlo, sino sentir con él.

Parece irónico, pero se acaba de levantar el sol. Será que me estoy despejando al escribir aquí.
Por otra parte, resultaría muchísimo más sencillo juntarse con el grupo de españoles a beber, festejar y botellonear. Más sencillo en el sentido de que tendría planes asegurados, sin pensar, una hora fijada y noche hasta las 5 y luego vuelta a dormir hasta salir de nuevo. Pero no me siento muy bien así, no sé, me gusta más ir conociendo los sitios y conocer a la gente de día (aunque no le digo que no a una noche de cervezas de 8 grados, vino blanco y un buen rato de bailoteo!!!).

Si no se me entiende muy bien lo que quiero expresar, ¡lo siento! Pero quería hacerlo un poco más tipo experiencia personal, porque al fin y al cabo es lo que es :).

Un besito muy fuerte para todos. Ahora sí puedo decirlo: os echo de menos, pero tampoco quiero irme de aquí... ¿¡qué tal si os venis!?