26 de diciembre de 2008

La Sección Femenina

El otro día estuve riéndome un rato con este libro que anda por casa, escrito por Luis Otero para recopilar (el autor rechaza todo esto) algunos de los deberes de las falangistas, aquí os pongo un horario muy peculiar:

Horario para el ama de casa con marido y un hijo (fragmento):
Lunes. De 6 a 7,30: levantarse. Hacer lumbre. Preparar desayuno, cocido, alubias, etc.
7,30 -9: Arreglar dormitorio. Aseo personal. Mandar niño colegio.
9-9,45: Compra.
9,45-10,45: Arreglo casa.
10,45-12: Preparar comida. Recoger niño colegio.
12-12,30: Comida en familia.
12,30-1: arreglar cocina.
1-2: Preparar ropa para lavar. Llevar niño al colegio.
2,15-5: Lavar ropa. Dejar en lejía.
5,15-5,30: Recoger niño colegio. Merienda.
5,30-7: Costura.
7-8: preparar cena.
8-8,30: cena en familia.
8,30 a 9: arreglar cocina. Pensar comida. Echar legumbres en agua. 9 a 10: acostar niño.
10. Acostarse. (Enciclopedia Elemental. 1957) Y así los otros seis días. Sólo hay un casillero en el que dice "bañar al niño". Es el sábado entre 8,30 y 9 (PM). Pero para no desacompasar, ese día "cena en familia" y "arreglar cocina" van juntos, en la misma media hora.


http://www.clarin.com/suplementos/zona/2001/07/29/z-00615.htm

Un apunte personal... Si todas las mujeres tenían que hacer la compra de 9-9:45... ¿no habría algo de falta de espacio en los lugares de compra?

23 de diciembre de 2008

¡Mañana es Nochebuena!

Esto va a ser breve, y menos pensado que las otras entradas... Simplemente ¡Mañana es Nochebuena!
Me he dado cuenta de que lo disfruto muchísimo más cuando no tengo dinero (no es que el año pasado fuese millonaria, pero me sacaba un dinerillo cuidando a niños que me daba para mis caprichos). En las navidades pasadas me centré en regalar, pero no me di cuenta de que precisamente a los que regalaba tenían el cuádruple de dinero que yo, así que la ilusión siempre disminuye... (menos para las madres, que les regalas un cucurucho de papel como sombrero y lloran de la emoción, ayyys...).

Sin embargo y aunque me siga encantando regalar, cosa que prefiero hacer en días no estipulados porque suele ser cuando la idea es más original y/o acertada (remitámonos a la entrada anterior sobre las obligaciones), tengo ganas de vivir una Nochebuena como cuando era niña. Con alguna sorpresita, lo grande se sabe, pero con ganas ¡porque de otra forma no podría tenerlo! Y además con el aliciente de saber que la familia lo hace por nosotros...

Dejémonos de tonterías de americanizaciones y batallas entre Papá Noel y los Reyes Magos. Elegid un día, según quien os gusta más y punto... Los debates políticos baratos que sigan en las clases de Historia, por favor.

¡Y ahora, a disfrutar de las vacaciones olvidándonos del frío!

Muchos besos y caramelos ñ_ñ

21 de diciembre de 2008

Esta semana no he pensado mucho en mis largos ratos del tren mas que en temas algo personales cuando no echaba cabezaditas, así que he pensado empezar a actualizar hablando de esto mismo, de las actualizaciones, aunque los temas luego desvaríen.
La mente humana está hecha para desechar todo tipo de obligaciones posibles y las cosas salen mejor cuando uno las toma como voluntarias, por el hecho de querer hacerlas y no por imposición externa. De aquí las primeras cojeras cuando la gente te “sugiere” actualizar, sea en el ya pasado de moda space, en el tuenti, en un fotolog o en un blog. Creo que si uno actualiza por obligación y no por inspiración, ganas o “ilusión” la cosa se va al traste, como en los capítulos de relleno de una serie por que la gente no se olvide de ella.

Cambiando de tema pero sin olvidarnos de la esencia anterior, ejemplificaré con unas preguntas-órdenes muchísimo más usuales, que se corresponden respectivamente en persona y en msn con lo siguiente: ¿en qué piensas? y ¿qué te cuentas?
Por favor, con esto lo único que se consigue es precisamente el efecto contrario: que la persona deje de pensar o que rebusque entre lo que ha hecho para contar algo, si tiene ganas (lo que llevará a algo forzado) o sino contestará un “nada” poco convincente que parará más aun la conversación, y llegados a este punto es difícil sacar un tema “de la nada”.
Así que hago un llamamiento, más que por la segunda, por la primera situación… Si una persona está contigo y no hay tema de conversación, no le preguntes en qué está pensando, y mucho menos si soy yo. Obviamente, nadie te contestará de forma borde, pero quizás le estés despertando de ciertos pensamientos que no podrá retomar, tal y como ocurre cuando uno se acuesta y duerme: nadie tendría la idea de despertarle para preguntarle: ¿con qué sueñas?
Es exactamente lo mismo, olvidas lo que hacías. Y si se os ocurre hacerlo, que sea de forma sutil (nadie despierta a nadie con un fuerte golpe en la cabeza). No “desembobéis” con un chasquido, al menos si no tienes nada que mejore esos pensamientos, y como no sabrás de qué se tratan, es preferible no arriesgarse.
Diré que hacer esto está permitido si sólo hay dos en la conversación, pero si hay un grupo, la persona “pensante” despertará rápidamente cuando haya un tema que le interese, no hay de qué preocuparse.

Espero con esto que no os sintáis obligados a seguir lo que digo, al fin y al cabo las opiniones son tan subjetivas como objetivamente universales.

¡A disfrutar de las vacaciones!

16 de diciembre de 2008

De ti y de mí

Como primera entrada y para no ahuyentar a los pocos cotillas que estén vagando por aquí, hoy hablaré de algún tema algo universal (o al menos local)… No, tranquilos, no hablaré del amor idealizado, eso se lo dejo a los vampiros.

Hay algo que todos vivimos y es inevitable seguirlo, tarde o temprano, siempre o pocas veces: la rutina. Esta palabreja es odiosa, desde que mandaban hacer redacciones en inglés sobre la “daily routine” para utilizar el presente, hasta el describir el típico me levanto-desayuno-voy a trabajo/instituto/universidad-vuelvo-ceno-me acuesto.

Es tan cierto y a la vez tan erróneo… Precisamente lo que distingue los días buenos de los malos (que no son ni los coches rojos ni amarillos) es lo que hay dentro de esas acciones y cómo se desarrollan, pero no nos damos cuenta (o sí, por eso lo escribo).

Por ejemplo, ir en el transporte público puede ser lo más aburrido del mundo, puede ser el momento de echar una cabezadita o quizás te arranque una pequeña sonrisa el escuchar cierta conversación ajena que no deberías o ver cómo un padre lleva un megarregalo entre sus brazos que no puede ni agarrar, por los tiempos navideños.

Hay que aprender a valorar lo cotidiano, y también a quejarse de todo lo que es demasiado rutinario y no nos aporta (casi) nada. No seamos hipócritas, decir que todo va siempre bien o que es perfecto es igual de estúpido que decir que todo da igual. Hay que animar al optimismo, a la emoción, a la rebeldía y movimiento interior, pero no queremos rozar la irracionalidad: si todo estuviera perfecto, significaría que no habría nada que mejorar, y por lo tanto, siempre quedaríamos estáticos, no existirían los sueños, ni las metas. Ser tan idealizador acaba con los sueños… ¡Qué ironía!

Ahora es época de Navidad, ilusión y magia, o eso dicen (¿tendrá que ver con la religión?); es buena excusa para fomentar la alegría cuando hace frío, de hacer anuncios como el de “El Corte Inglés” y regalar cosillas que no valgan para nada pero marquen una sonrisa.

Y si no os creéis lo que digo, id a ver Cortylandia, que este año es feo, pero gusta ver a los niños subidos en los hombros de sus padres por ver unos muñecajos algo ortopédicos.


Muchos besitos, ¡sed buenos!

15 de diciembre de 2008

And the winner is...

Como primera entrada de mi blog, esto tiene que ser poco interesante. Porque todo el mundo que explica la primera entrada, o hace referencia al nombre (tan sólo diré "ains" o «ains»), o se presenta, o dice de qué irá, pero poca gente se mete directamente de lleno sin dar una introducción... Y es normal, siempre hay que presentarse.
Así que aquí os dejo con este esbozo, y diré que la inspiración divina viene por parte de la envidia, y de muchas opiniones sobre cosas que hago día a día. No prometo nada, aunque sólo con eso ya estoy prometiendo el no prometer nada... Pero no nos comamos la cabeza aún (o como dirían en cierta película: "No nos chupemos las pollas todavía").

Os deseo paz, amor, regalitos y algodón de azúcar para todos ^^