30 de noviembre de 2009

No me mires, únete


Bueno, bueno... Vayamos con otra entrada personal. Espero que no os aburra, y espero que esto cambie pronto... En cuanto acabe la semana y vuelva a mis energías positivas y mi no-estrés, claro.

Cuando hablo sobre mis horas de ping pong y mis largos ratos practicando yoga, la gente normalmente se ríe. Sí, sí, tal cual. Pueden decirme que «así yo también me saco la carrera» o «a ver si hay suerte y termina» o que deje de hacerlo si me siento estresada por no tener tiempo. ¿Qué puedo contestar? Que todos los que dicen algo así no tienen ni idea. Con el ping pong me desestreso, me esfuerzo, me concentro y procuro mejorar en algo que no está encaminado a un futuro, sino a disfrutar en un presente. Además, conozco gente nueva, compartimos un rato jugando y, por lo tanto, nos divertimos y todos estamos en un ambiente genial. Voy conociendo nuevos campos, cambio, no tengo por qué estar anclada sólo en lo que se me da bien; ya sé que lo práctico no es mi fuerte pero por eso quiero mejorar. Me encanta jugar.

El yoga me proporciona casi lo contrario, es una forma de esforzarme al máximo, de soportar el dolor y de mantenerme en una postura determinada por un tiempo. Me conozco, controlo mi cuerpo, lo escucho y lo manejo en consecuencia porque así soy consciente de cada parte. Si nunca hubiera practicado yoga nunca habría sabido que hay ciertas cosas que sí podemos hacer y que nunca intentamos. Es un conocimiento profundo, evitando la tensión y fomentando el equilibrio. Un equilibrio sereno, de optimismo, basado en el autocontrol completo de cuerpo y mente que a veces desconocemos. Es difícil estar atento de todas las partes a la vez, siempre hay alguna que prefiere volver a su lugar original. Elimina los prejuicios, fomenta la autoconfianza. Y como ayuda a la elasticidad, es un proceso que requiere mucha paciencia y esfuerzo, porque los resultados son algo lentos aunque muy efectivos. Al final siempre me deja como atontada, es un estado diferente, después de haber hecho ejercicio durante bastante rato y haber forzado unos cuantos músculos, los relajo todos de repente y dejo mi mente tranquila, tan interiorizada que cuando salgo de clase me parece que vivo en un mundo exterior al resto de la gente.

Por supuesto, no podría olvidar el patinaje, mis queridos twister y todo lo que conlleva llevar unos patines puestos mientras el mundo sigue caminando. Pero como puedo ser algo pesada, dejo el tema para otro día; de los rollers puedo hablar largo y tendido. Si tuviera que resumirlo lo haría con la palabra libertad. Algunas veces de movimientos del cuerpo como ocurre en yoga o de expresión como en el baile; y otras de sensaciones con el exterior, la música, el aire, la velocidad y el espacio en general.

Creo que a cada deporte y a cada actividad se le puede sacar algo nuevo que proporciona bienestar, y a veces depende un poco de los gustos y preferencias. Por ejemplo, a mí me gustan más los deportes individuales que los de equipo pero comprendo que no por ello tienen que ser mejores.

La gente cree que aquéllo que no tiene una relación directa con las obligaciones trabajo/estudios es inservible y sólo reduce el tiempo. ¿Sentís curiosidad por algo en especial? Siempre hay tiempo para ello, siempre os hará estar más relajados. Os invito a hacerlo. Dejad los prejuicios a un lado: ni es demasiado raro, ni es demasiado difícil, ni sois demasiado mayores o demasiado ocupados. Nada, fuera, fus con esos pensamientos. No me sirven.

¿Que deje de hacerlo? Mirad, para mí son precisamente esos momentos los que me hacen estar viva, los que me hacen sonreír, los que me recuerdan que existe algo más que entregar trabajos de temas por los que no siento ningún entusiasmo y asistir a clases en las que no aprendo casi nada nuevo.

26 de noviembre de 2009

Frío, frío...

Hay veces en las que siento frío pero no puedo arroparme, en las que no tengo hambre y me muero de sueño; puedo comer, no puedo dormir. La cabeza no tiene energías, mi cuerpo tampoco. No me siento con ganas de sentir, no me siento con ganas de nada más que de tumbarme y de que pasen las horas, pero no puedo permitírmelo, tengo demasiadas cosas en la cabeza que tengo que ordenar y otras tantas que debo entregar. La lucidez no me acompaña, las ganas tampoco. Me dicen que estoy pálida, digo que no he dormido apenas. Últimamente no como como debería, sólo engullo, el reloj va en mi contra. No saboreo, total, la comida es precocinada. Se me bajan los párpados, se me enfrían las manos. Decido coger el termómetro. Me lo pongo, marca 34,10º. Anda, soy tan fría como algunos pensaban.
Ay, las temperaturas…

¡Brrrr!

22 de noviembre de 2009

Amitié

¿Sabéis qué? Me he dado cuenta de que sólo se puede hablar de amitié cuando no existe ninguna necesidad, cuando no quieres que haya alguien a tu lado por algún fin o interés futuro más allá del presente, ya sea porque te gusta la persona, porque necesitas a alguien con quien salir o porque quieres que escuchen tus problemas. Cuando no necesitas nada de eso y aun así sientes un cariño increíble por una persona y unas ganas de compartir el tiempo, entonces existe la amitié.

Podría coger miles de frases que todo el mundo formula o se pone en los nicks, podría hablar de falsas amistades, de amistades que no son lo que creíamos, de comodidades («es mi amigo porque… bueno, porque siempre lo ha sido»), de traiciones, de quienes creen que los amigos siempre vuelven y de los que afirman que la amistad en realidad no existe. Pero no es eso lo que me interesa. Me interesan las personas independientes, las que no necesitan apoyo, las que disfrutan de lo que les rodea sin considerarlo un bastón.

Y sí, ese cariño se puede sentir y respirar, se puede disfrutar muchísimo de un abrazo desinteresado por el simple hecho de mostrar cariño. No porque hayas contado tus problemas y hayan sentido compasión, no porque estés triste, no porque haya un querer acercarse. Son suspiros de amitié, sean grupales o sean individuales, son suspiros… Y yo jamás he podido negarme a un ains, sea cual sea su naturaleza.

Nunca he tenido tantas ganas de tomarme la penúltima.

19 de noviembre de 2009

Se7en





Con esta entrada quiero demostrar que los pecados capitales ocupan más o menos el mismo lugar que sus opuestos en la línea bien-mal que algunos se atreven a trazar. Por supuesto, con diccionario de antónimos en mano, no los que la iglesia se saca de la manga:

LUJURIA – CASTIDAD/ABSTINENCIA

ENVIDIA – CONFORMIDAD

SOBERBIA – HUMILDAD/MODESTIA

AVARICIA – GENEROSIDAD

GULA – AYUNO

IRA – SERENIDAD

PEREZA – LABORIOSIDAD

La envidia no tiene antónimo, y no cristianitos, el amor a dios y al prójimo no es su contrario, a ver si dejamos ya la biblia y nos ponemos con semántica. Para mí sería algo así como alegrarse por los triunfos de los demás, sin embargo, los triunfos pueden conllevar tanto alrededor que prefiero no meterme demasiado en el tema, por ahora.

La soberbia, a mi parecer, tampoco tiene antónimo. Aquí sí discrepo con los diccionarios, pero he incluido la humildad para no hacer trampas y porque me parece una virtud digna de mención. Si la soberbia es el orgullo, la arrogancia y la altivez menospreciando a los demás, su opuesto se corresponde con un complejo de inferioridad, de falta de autoestima y casi de servilismo.

La gula aparece también como antónimo de la templanza. Ya, claro.

¿Cuánto puede afectar la religión al vocabulario y la manipulación de diccionarios?

En rojo señalo los que obviamente no tienen su característica positiva en el antónimo. No creo que haga falta explicación (por si acaso, estar todo el día trabajando no me hace mucha gracia). La virtud estaría en un punto medio o a veces tirando para el pecado capital.

En verde señalo los que sí se corresponden con algunas virtudes que considero importantes.

Conclusiones:

- La clave está en el punto medio, dígase, en cumplir la mitad de los pecados capitales sin llegar a extremos y en seguir las virtudes de la mitad restante.

- Podríamos hacer una nueva lista de pecados mayúsculos con los antónimos de los capitales.

ARISTÓTELES 1IGLESIA 0


Psst, un secretillo personal…

Dos pecados preferidos: lujuria & soberbia // Peores pecados: ira & envidia

Dos virtudes preferidas: humildad & serenidad // Peores virtudes: ayuno & abstinencia

15 de noviembre de 2009

¿Estudias o trabajas?

Vamos a aclarar ciertas cosillas para que no tengáis problemas cuando os encontréis con alguien que estudia Traducción e interpretación. El resumen es básico: no hagas comentarios estúpidos.

Situación Uno:

- ¿Y eso qué es, para ser actriz?

Siempre está bien saber que la gente sólo escucha la parte final de tus frases, así puedes insultarles al principio. Acabamos optando por decir Traducción a secas.

Situación Dos:

- ¿Y eso para qué sirve?

Creo que para traducir e interpretar, pero no me hagas mucho caso.

Situación Tres:

- ¡Ah! ¿Y sabes hablar muchos idiomas? Dime algo en [idioma aleatorio].

No, amigos. En Traducción no se aprende una mierda a menos que los estudies en otra parte. Y aunque mola decir cosas en otros idiomas, no somos genios, no sabemos todas las palabras y no podéis presionar un botón para que nos pongamos a hablar con un perfecto acento ruso.

Situación Cuatro:

- [Futuro Traductor]: pues bueno, estudio chino.
- Yo en chino sólo sé decir sayonara.

Si no tienes ni idea mejor ni lo intentes. Y no, el chino y el japonés no son «casi iguales». ¿Acaso tú sabes hablar francés sólo porque tenga el mismo origen que el castellano?

Situación Cinco:

- Yo una vez traduje (...)

O su variante:

- Traducir es fácil ¿no?

Me parece genial que me digas a la cara que eres un intruso. Sí, y también me parece genial que creas que interpretar es hacer de celestino para que tu amigo pille cacho con una guiri.

- Consigo que me entiendan.

¡No lo dudo! Tócale una teta, seguro que así también te entiende.

Situación Seis:

- Pues los japos han inventado no-sé-qué-historia que traduce los textos al instante.

No nos hundáis, ya sabemos que está jodido encontrar trabajo. Aun así creo que me sería difícil explicaros que para hacer una traducción hay que conocer las culturas y saber cómo encaminar los textos, expresando lo mejor posible lo mismo que el autor quería suscitar en sus lectores. Es decir, que no sirve con una lista de palabrejas y un poco de sintaxis (aunque aquí me meto menos, que hay ciertos escritos que siguen estructuras fijas y en los que sí se puede hacer así).

Situación Siete:

Viendo una peli:

- Venga, la traductora, ¿qué ha dicho?
- Aksdlfjsgvi.

No, no sabemos maya.

Continuará...

12 de noviembre de 2009

Soy una notas

¿Acaso tú no notas el miedo que nos acecha?
Estamos en la calle, queremos saltar y no lo hacemos. Queremos reír y no lo hacemos. Queremos correr porque nos apetece y no lo hacemos. Queremos sonreír a alguien y no lo hacemos. Queremos sentarnos en el suelo y no lo hacemos. Al menos no si estamos solos. ¿Qué connotaciones hay? ¿Estaremos rompiendo el equilibrio? Vuelve a casa y pega un post-it en la puerta: anótalo, porque hoy harás lo que te apetece.

Si en tu cabeza sabes que lo que haces no está mal, no tienes por qué sentir miedo. No hay connotaciones, sólo ganas de ser un poco notas.

10 de noviembre de 2009

Preguntas férreas

El índice de sordomudos ha debido de aumentar en un 120%.
Ay, ¿y de verdad que todos se concentran en RENFE?

9 de noviembre de 2009


Un lápiz, un boli, un replay e instrumentos para borrar. Sí, pero ¿y el soporte? El primero sobre los cuadernitos Rubio es completamente cuadriculado, hasta sugiere el tamaño que debe tener la letra sin podernos salir de esas líneas.

Más tarde tenemos el cuaderno de cuadros, que es parecido, solo que ahora tenemos algo más de libertad, podemos escribir lo que queramos. Algunos deliberan y se confunden entre los cuadernos de cuadros y los de rayas (según el grado de encajonamiento que se desee).

Luego vienen los odiados folios (aunque por otra parte nos encantan porque podemos utilizar el tippex sin que se note que se han borrado las líneas) y al igual que ocurría al repasar el lápiz con boli, todos queremos que parezca que lo hacemos perfecto sin que se vean los fallos; ahí entra la función falsilla. Una de las pocas veces en las que das gracias por que los rotuladores calen. Entonces te prohíben usar falsilla (¿antes te obligaban a escribir a cuadros y ahora te prohíben tener una guía?), y como cuando tienes que decidir por primera vez, primero lo haces con miedo, te tuerces, te maldices por torcerte, no dejar márgenes y apelotonar las letras. Luego le vas cogiendo el tranquillo y consigues escribir con tu propia letra, sin guías, sin falsillas, sin espacios determinados y sin límites de longitudes. Más limpio, más cuidado, más blanco, más tippex.

8 de noviembre de 2009

El poder de una llamada

El teléfono es mi enemigo por excelencia, qué digo, desde ahora lo llamaré mi archi-enemigo.

Lo siento, nunca entenderé el mensaje de los móviles, ¿Qué significa un toque?

Un toque significa…

- Que ya he llegado y te estoy esperando

- Que estoy de camino

- Que no tengo saldo y quiero que me llames

- Que quiero que me llames para que me rescates

- Que me he acordado de ti

- Que te he mandado un mensaje

- Que quiero que me respondas si has leído el mensaje

- Que he recibido tu mensaje

- Que estoy de acuerdo con tu mensaje (hay hasta códigos secretos donde dos toques significa desacuerdo)

- Que estoy en otra parte y quiero que vengas

- Que estoy abajo en tu puerta (por no llamar al portero)

- Que estoy bien (a las madres)

- Que todo ha salido como esperaba

- Y, en el extremo de los casos, que todo ha salido mejor de lo que esperaba ;)

A mí me lía muchísimo porque a veces no sé si la persona ha llegado antes o va a llegar tarde, si están abajo esperando o han recibido mi mensaje, si quieren que les llame o se han acordado de mí, ¿mientras todo les salía mejor de lo que esperaban?

3 de noviembre de 2009

Pen(cil)?


De peque cuando empiezas a escribir todo es con lápiz, si te has equivocado lo puedes borrar sin que se note cuál era el fallo. Todos conocen el truco. Más tarde te van introduciendo el boli. Primero escribes a lápiz y luego lo repasas. Demasiado tiempo. Te niegas a él y compras una goma de los chinos que dicen que borra el boli: mentira, tan sólo rompe el papel. Como en realidad sí quieres que tu trabajo esté bien hecho pero que no se vean los fallos, decides comprarte un replay, que lo disimula. Luego te das cuenta de que sí se nota lo que había debajo y sufres hasta que un día te presentan lo que siempre habías deseado: el tippex.
Un elemento tóxico-adictivo que tapa completamente el fallo que habías tenido y lo único que se puede intuir es las veces que lo has utilizado.

1 de noviembre de 2009

¡Apaga y vámonos!

No, mejor quédate. Apaga los aparatos eléctricos, la luz y quédate. Disfruta de los sentidos apartando la vista por un momento, siente, haz lo que más deseas, las conversaciones en la oscuridad son las mejores. Creo que todo el mundo debería apagar todo en su casa al menos una vez al mes (y no sólo por temas ecológicos). Coger unas velas, ayudarse y alejarse de todo lo material que tenemos alrededor y que nos atrapa día a día. A mí que estoy escribiendo esto en el ordenador; a ti que estás detrás de la pantalla leyéndolo. No disimules, ese enganche exterior no ocurre con las tecnologías más simples. Las horas se estiran para disfrutarlas (y perder la noción del tiempo), no se acortan para pasar el rato.



A veces necesitamos ver la película con la luz apagada para que el reflejo no nos ciegue.