29 de diciembre de 2009

Ilusión

Son las diez de la mañana y estoy escuchando música. Estoy flotando, atontada, en una consecuencia de cosas que me encantan, que hacen que disfrute al 100% del presente, sin miras al qué ocurrirá, sin esperanzas futuras, sin ver nada más que todo lo que se mueve por aquí. ¿Qué más da? Ayer fue un día precioso, indescriptible, diferente… Nunca lo olvidaré. Porque hay momentos en los que da igual que diluvie, da igual que tu casa esté a oscuras y el cielo gris, una se ve capaz de coger su paraguas rosa roto y dejarse llevar por la ilusión, las sonrisas y un poco de nervios, todo hay que decirlo.

Fruto de la increíble capacidad de no necesitar, es la mejor manera de disfrutar, en serio, creedme. Hay muchos pájaros en mi cabeza y probablemente no esté segura ni de la mitad de los consejos que doy, pero por un momento hacedme caso. Dejad de necesitar, porque entonces lo que os den será breve y caduco… Y de otra manera, lo que os sea dado será inesperado y, sobre todo, extra; como un bonus para una pantalla especial que no sabías que existía.

El día de los inocentes… Un gran nombre para un día lejos de bromas pesadas y muñecajos de papel espatarrados. Inocencia. Alegría.
Hoy sí que sí:

¡Vivamos la realidad como si fuese fantasía!

22 de diciembre de 2009

¿Vosotros no tenéis también la sensación de que hay personas que no conocéis mucho pero que sabéis que si así fuera os llevaríais muy muy bien? Hoy he hecho recuento de esas personitas que desconocen que las veo como tales, que las veo especiales, que sé que tienen un montón de cosas dentro de las que podría aprender, vivir y disfrutar. Son personas que, por H o por B no forman parte de mis allegados, ni estaría invitada a sus cumpleaños ni me llamarían por teléfono para tomar un café. Probablemente he compartido algunas palabras con ellas, o incluso a veces es gente con la que no he tenido oportunidad de hacerlo y sólo (¿sólo?) hemos tenido una mirada pasajera.

Todas ellas tienen algo en común: son alegres. No siempre están alegres ni estáticas, claro que no, a veces están enfadadas o decaídas. Pero la energía que transmiten en la mayoría de las ocasiones es positiva, muy positiva.

Supongo que en realidad podemos elegir a quién conocer, con quién juntarnos, qué compartir... Pero siempre hay un gran factor random o incluso un dejarse-llevar que hace que te encuentres en una situación y acabes preguntándote cómo llegaste hasta ahí. Y echas de menos el origen para poder conocer a esas personitas de verdad, sólo que, bueno, también me gustan mis conocidos. Así que intentaré escarbar un poco más en esos grandes invisibles y misteriosos que desconocen mi punto de mira. A veces estáis ahí siempre, a veces sois fugaces.

21 de diciembre de 2009

Lucky luck

¡Bienvenida seas, suerte! Últimamente no sé qué pasa que todo parece ir sobre ruedas. A veces creo que es algo cíclico: con noviembre me apago, se va la luz del sol, los primeros agobios, los trabajos, las entregas, la gente empieza a no salir... De esto ya he hablado, ¿verdad? Y con diciembre vuelven las vacaciones, la gente a las calles, las luces, la ilusión... El único problema es el frííío y que cada vez pierdo los trenes con más frecuencia. Y a lo mejor no es tan malo...

Así que nada, chavalines, seguiré con mis pequeñas manualidades (qué jodías son, se me da mejor escribir) y algunos logrillos que me alegren los días.

¡Sed buenos!

12 de diciembre de 2009

Tic, tac, tic, tac...

Quedan 10 líneas para acabar este texto. Quedan 2 días de fin de semana, 6 para el próximo y para vacaciones, 12 para Nochebuena, 13 para Navidad, 19 para Nochevieja, 1 mes para volver a empezar, 2 para los exámenes, 3 para terminarlos.

Me quedan 200 páginas para terminar el libro, 2 días para entregar el trabajo, 8 horas para dormir, 20 minutos para desayunar, 5 para salir de casa, 2 horas para que termine la clase, 5 para acabar las obligaciones, 2 para ir a cenar y 5 para volver a dormir. Queda 1 hora para que suene el despertador, hora y media para que me levante.

¿No es estresante? Es lo que hacemos: fijarnos más en lo que va a ocurrir que en disfrutar lo que estamos viviendo, y así en un bucle.

Quedan 0 líneas para acabar este texto.

7 de diciembre de 2009

El transporte público me encanta, hay una especie de aura colectiva que te une a los demás y a la vez te separa mientras te lleva al destino que quieras. Sin embargo, hay cosas que se repiten día tras día, son como leyes de la física o como si RENFE contratase a personas para que cada una cumpla su papel en cada tren. En todo vagón:

- Hay alguien durmiendo

- Hay alguien leyendo

- Hay alguien cotilleando lo que otro lee

- Hay alguien miroteando por el reflejo del cristal (sí, hijo, sí se nota)

- Hay alguien gritando su vida mientras habla por teléfono

- Hay alguien que (hace que) estudia, repasa o subraya los apuntes

- Hay mensajes de megafonía que, o no se entienden o te dan igual pero los escucharás como veinte veces en tu trayecto

- Hay un pobre o un sordo o un todo a la vez pidiendo dinero a cambio de un sinfín de miniobjetos, desde linternas o kleenex, hasta muñecajos para el móvil.

- Hay alguien escuchando música, con sus variantes y posibles:

«Pongo el móvil y molesto a todo el mundo»

«Llevo cascos que parecen altavoces»

- Hay alguien, normalmente de pie, que no sabe adónde mirar

- Las pantallas siempre marcan mal la próxima estación

- Se juega al juego de las sillas, y hay verdaderos profesionales

- El sitio de la ventana tiene prestigio

- Ves a alguien correr desde el infinito para no perder el tren (da igual lo que quede para el siguiente o las prisas que haya, no soportamos ver cómo se va nuestro tren)

- Quitarse el abrigo y organizar las cosas es toda una odisea

- La gente se pide perdón por rozarse
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Sí, me encanta hacer listas.
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Pondré más a lo largo de la semana.