20 de junio de 2010

Me encanta tener que preocuparme por si voy a calcular bien el tiempo para llegar probablemente con 10 minutos de adelanto o de retraso. Me gusta poder pensar que un día ha sido raro porque he recibido menos abrazos de lo habitual. Es increíble cuando tiendes a pensar que se puede considerar importante que tengas la orientación de una gallinita ciega o que te cuesta lanzar un frisbee para que vaya en la dirección correcta. Es alucinante que uno de los mayores inconvenientes sea la hora de llegar a casa para no estar demasiado cansado.

A lo mejor parezco masoca y que me encanta deprimirme por los detalles menos importantes. No es así. Lo increíble de todo esto es que no tengo nada más de lo que preocuparme.

Gracias, a todos.

9 de junio de 2010

Nico podría ser perfectamente el nombre de un italiano cachondo que se pasea con sus gafas de sol por las playas de Nápoles para ver qué chiquilla cae seducida a sus encantos. O podría ser un gordo simpaticón que trae regalos en Navidad. O podría ser un chico de más de veinticinco años que, como tantos, pide dinero en los trenes de la Renfe madrileña y que la gente sólo recordará por el olor que deja en los vagones o las «mentiras» que cuenta día tras día para vender algo de compasión. Yo no seré quien apoye o desmienta sus palabras. Pero sí seré quien critica a aquellos ojos que ya no sólo miran con extrañeza cuando cojo unos patines y decido darme un margen de velocidad, y mira que le tengo cariño a los twister esmaltados. Pero no. Nico es un medio de transporte hacia otra realidad ignorada, mal vista, marginal y no sólo fuera de lo que todos vayamos a ver cualquier día, sino que cerramos las puertas del tren para que no se mezcle con nosotros; obviamente somos seres superiores ¿no?

Y, sin embargo, insisto en esas miradas de ¿qué le va a hacer a esa chica?, esas palabras amables sólo porque tiene una compañía de tu mundo conocido, joder, ni que estuviéramos en la Edad Media y aún existieran las diferencias entre nobles y el pueblo llano. Humanidad.

Pues él, él es el protagonista del día de hoy, sí. Porque ver sonreír a una persona que duda de la confianza que le estás ofreciendo, que come más despacio que tú aunque tenga el triple de hambre porque no tiene tan seguro que luego vaya a haber más (aunque me pareciera gracioso que separara el tomate y la cebolla, jajaja), que se le iluminan los ojos al desearte suerte con todo lo que le puedas contar, quien entiende a la perfección que la gente no le crea, y que por las noches escucha a Mozart en un discman antes de dormir porque le relaja y te habla de la bonita voz de Julieta Venegas.

Y, sobre todo, quien es capaz de preocuparse como para preguntarte (sin saber siquiera si tienes) si tus padres o tu chico/a estarían preocupados por estar ahí, con él. A lo que no te queda más remedio que contestar: ¿y los tuyos? ¿No verán mal que te juntes con alguien como yo? :)

6 de junio de 2010

La mécanique du coeur


Queda media hora para terminar la jornada laboral, pero hoy te rodea un halo de optimismo veraniego y el jefe te deja cerrar antes de lo habitual. Ya que no has trabajado esos treinta minutillos, te da la sensación de que no son completamente tuyos, así que te diriges a alguna tiendecita de por ahí cerca a ver qué encuentras para alguna persona especial.

Buscas, miras, remiras, tanteas y ahí está. No es la Scarlett Johanson de los regalos, ni la Shakira o quienquiera que altere tus respuestas del polígrafo, porque alguna hay con la que no puedes decir eso de: «pues no me parece tan guapa». Pero no, el regalo no es universal ni general, sólo te llama la atención a ti en particular y por eso, pues bueno, te acercas. Tiene un mecanismo bastante sencillo, lleno de engranajes, agujas y un relojito que funcionan a la perfección. En las instrucciones de lo que parece un reloj de cuco se advierte de que introducir la aguja en el lugar propio puede poner en peligro la estabilidad de la mécanique. Sin embargo, para poder sacarlo de la estantería es obligado utilizar dicha agujita.

Al lado se encuentra su envoltorio. El papel de regalo está hecho a medida, en armonía y con una cajita en forma de… nada, en forma lo que pueda dejar ver el objeto en sí, con un pequeño orificio que te deja escuchar el sonido hipnótico del tic, tac que tanto dista de las agujas que no te dejan dormir por las noches.

Lo coges, lo miras, tocas un poquito el mecanismo a ver si funciona de verdad y escuchas el ruidito causado por meter la aguja adecuada. Te lo llevas, empiezas a pensar si le va a gustar, si es un buen regalo, si va a durar o el reloj se estropeará pronto y llegas al mostrador. La dependienta te pide la tarjeta, se la vas a dar y en ese preciso instante le pone una pegatina que dice: espero que te guste. Vaya, qué decepción. Querías un, no sé, un: con cariño, ojalá te encante, con todo mi corazón, o cualquier pegatina dorada que se acercara a lo que tenías en mente. Piensas, reflexionas… Ay, está bien, pero… No me gusta esa pegatina. Escuchas el tic, tac y te asustas, te retractas, te retraes, retrocedes, te retiras.

Au revoir, pequeño relojito.

2 de junio de 2010


L’amour et la mort… La mort et l’amour. Quelle coïncidence, hein ? Une sole voyelle qui change tout le significat du mot. Bon, pourrais-je vivre une histoire aussi… intense que mes parents ? Bien sûr !! C’est un peu terrifiant comme même…

Personne ne pense vraiment jamais à l’heure du fin de la relation une fois que l’on commence, si ce serait comme ça rien n’aurait pas de sens, n’est-ce pas ? Parce que l’amour le plus long est ceci qui va jusqu’à la mort, eh, bon… ce n’est pas si agréable si l’on pense ainsi. C’est pourquoi que je me donne au vitalisme de l’amour par terre, par esprit et partout ! Pourquoi pas ?

Et bon, avec le cœur, la nostalgie, la mélancolie, la douceur, l’enfance, l’adolescence, les chansons et les danses et tous les mots que vous pourriez trouver dans le texte de l’examen d’aujourd’hui, je vous dis : N’avez pas peur !! Changez ! Et, surtout… tombez amoureux ! Ou je sais pas quoi, seulement avec les papillons (mon dieu ! c’est bizarre en français, et oui, je sais que ça n’existe pas) dans le ventre je serai contente. Et sans elles, aussi.

Bonne journée a tout le monde !! Soyez bons, étudiez pour les examens et amusez-vous bien n’importe où, quand, avec qui, comment et tout ça.

À toute, mes chéris