tout ce qui est petit est mignon
Etiquetas: personal
¿Vosotros no tenéis también la sensación de que hay personas que no conocéis mucho pero que sabéis que si así fuera os llevaríais muy muy bien? Hoy he hecho recuento de esas personitas que desconocen que las veo como tales, que las veo especiales, que sé que tienen un montón de cosas dentro de las que podría aprender, vivir y disfrutar. Son personas que, por H o por B no forman parte de mis allegados, ni estaría invitada a sus cumpleaños ni me llamarían por teléfono para tomar un café. Probablemente he compartido algunas palabras con ellas, o incluso a veces es gente con la que no he tenido oportunidad de hacerlo y sólo (¿sólo?) hemos tenido una mirada pasajera.
Todas ellas tienen algo en común: son alegres. No siempre están alegres ni estáticas, claro que no, a veces están enfadadas o decaídas. Pero la energía que transmiten en la mayoría de las ocasiones es positiva, muy positiva.
Supongo que en realidad podemos elegir a quién conocer, con quién juntarnos, qué compartir... Pero siempre hay un gran factor random o incluso un dejarse-llevar que hace que te encuentres en una situación y acabes preguntándote cómo llegaste hasta ahí. Y echas de menos el origen para poder conocer a esas personitas de verdad, sólo que, bueno, también me gustan mis conocidos. Así que intentaré escarbar un poco más en esos grandes invisibles y misteriosos que desconocen mi punto de mira. A veces estáis ahí siempre, a veces sois fugaces.
Etiquetas: comunicación, día a día, vueltas de hoja
¡Bienvenida seas, suerte! Últimamente no sé qué pasa que todo parece ir sobre ruedas. A veces creo que es algo cíclico: con noviembre me apago, se va la luz del sol, los primeros agobios, los trabajos, las entregas, la gente empieza a no salir... De esto ya he hablado, ¿verdad? Y con diciembre vuelven las vacaciones, la gente a las calles, las luces, la ilusión... El único problema es el frííío y que cada vez pierdo los trenes con más frecuencia. Y a lo mejor no es tan malo...
Así que nada, chavalines, seguiré con mis pequeñas manualidades (qué jodías son, se me da mejor escribir) y algunos logrillos que me alegren los días.
¡Sed buenos!
Quedan 10 líneas para acabar este texto. Quedan 2 días de fin de semana, 6 para el próximo y para vacaciones, 12 para Nochebuena, 13 para Navidad, 19 para Nochevieja, 1 mes para volver a empezar, 2 para los exámenes, 3 para terminarlos.
Me quedan 200 páginas para terminar el libro, 2 días para entregar el trabajo, 8 horas para dormir, 20 minutos para desayunar, 5 para salir de casa, 2 horas para que termine la clase, 5 para acabar las obligaciones, 2 para ir a cenar y 5 para volver a dormir. Queda 1 hora para que suene el despertador, hora y media para que me levante.
¿No es estresante? Es lo que hacemos: fijarnos más en lo que va a ocurrir que en disfrutar lo que estamos viviendo, y así en un bucle.
Quedan 0 líneas para acabar este texto.
Hay veces en las que siento frío pero no puedo arroparme, en las que no tengo hambre y me muero de sueño; puedo comer, no puedo dormir. La cabeza no tiene energías, mi cuerpo tampoco. No me siento con ganas de sentir, no me siento con ganas de nada más que de tumbarme y de que pasen las horas, pero no puedo permitírmelo, tengo demasiadas cosas en la cabeza que tengo que ordenar y otras tantas que debo entregar. La lucidez no me acompaña, las ganas tampoco. Me dicen que estoy pálida, digo que no he dormido apenas. Últimamente no como como debería, sólo engullo, el reloj va en mi contra. No saboreo, total, la comida es precocinada. Se me bajan los párpados, se me enfrían las manos. Decido coger el termómetro. Me lo pongo, marca 34,10º. Anda, soy tan fría como algunos pensaban.
Ay, las temperaturas…
¡Brrrr!
Etiquetas: día a día
¿Sabéis qué? Me he dado cuenta de que sólo se puede hablar de amitié cuando no existe ninguna necesidad, cuando no quieres que haya alguien a tu lado por algún fin o interés futuro más allá del presente, ya sea porque te gusta la persona, porque necesitas a alguien con quien salir o porque quieres que escuchen tus problemas. Cuando no necesitas nada de eso y aun así sientes un cariño increíble por una persona y unas ganas de compartir el tiempo, entonces existe la amitié.
Podría coger miles de frases que todo el mundo formula o se pone en los nicks, podría hablar de falsas amistades, de amistades que no son lo que creíamos, de comodidades («es mi amigo porque… bueno, porque siempre lo ha sido»), de traiciones, de quienes creen que los amigos siempre vuelven y de los que afirman que la amistad en realidad no existe. Pero no es eso lo que me interesa. Me interesan las personas independientes, las que no necesitan apoyo, las que disfrutan de lo que les rodea sin considerarlo un bastón.
Y sí, ese cariño se puede sentir y respirar, se puede disfrutar muchísimo de un abrazo desinteresado por el simple hecho de mostrar cariño. No porque hayas contado tus problemas y hayan sentido compasión, no porque estés triste, no porque haya un querer acercarse. Son suspiros de amitié, sean grupales o sean individuales, son suspiros… Y yo jamás he podido negarme a un ains, sea cual sea su naturaleza.
Nunca he tenido tantas ganas de tomarme la penúltima.
Etiquetas: comunicación, día a día, vueltas de hoja
Vamos a aclarar ciertas cosillas para que no tengáis problemas cuando os encontréis con alguien que estudia Traducción e interpretación. El resumen es básico: no hagas comentarios estúpidos.
Situación Uno:
- ¿Y eso qué es, para ser actriz?
Siempre está bien saber que la gente sólo escucha la parte final de tus frases, así puedes insultarles al principio. Acabamos optando por decir Traducción a secas.
Situación Dos:
- ¿Y eso para qué sirve?
Creo que para traducir e interpretar, pero no me hagas mucho caso.
Situación Tres:
- ¡Ah! ¿Y sabes hablar muchos idiomas? Dime algo en [idioma aleatorio].
No, amigos. En Traducción no se aprende una mierda a menos que los estudies en otra parte. Y aunque mola decir cosas en otros idiomas, no somos genios, no sabemos todas las palabras y no podéis presionar un botón para que nos pongamos a hablar con un perfecto acento ruso.
Situación Cuatro:
- [Futuro Traductor]: pues bueno, estudio chino.
- Yo en chino sólo sé decir sayonara.
Si no tienes ni idea mejor ni lo intentes. Y no, el chino y el japonés no son «casi iguales». ¿Acaso tú sabes hablar francés sólo porque tenga el mismo origen que el castellano?
Situación Cinco:
- Yo una vez traduje (...)
O su variante:
- Traducir es fácil ¿no?
Me parece genial que me digas a la cara que eres un intruso. Sí, y también me parece genial que creas que interpretar es hacer de celestino para que tu amigo pille cacho con una guiri.
- Consigo que me entiendan.
¡No lo dudo! Tócale una teta, seguro que así también te entiende.
Situación Seis:
- Pues los japos han inventado no-sé-qué-historia que traduce los textos al instante.
No nos hundáis, ya sabemos que está jodido encontrar trabajo. Aun así creo que me sería difícil explicaros que para hacer una traducción hay que conocer las culturas y saber cómo encaminar los textos, expresando lo mejor posible lo mismo que el autor quería suscitar en sus lectores. Es decir, que no sirve con una lista de palabrejas y un poco de sintaxis (aunque aquí me meto menos, que hay ciertos escritos que siguen estructuras fijas y en los que sí se puede hacer así).
Situación Siete:
Viendo una peli:
- Venga, la traductora, ¿qué ha dicho?
- Aksdlfjsgvi.
No, no sabemos maya.
Etiquetas: comunicación, traducción, universidad
¿Acaso tú no notas el miedo que nos acecha?
Estamos en la calle, queremos saltar y no lo hacemos. Queremos reír y no lo hacemos. Queremos correr porque nos apetece y no lo hacemos. Queremos sonreír a alguien y no lo hacemos. Queremos sentarnos en el suelo y no lo hacemos. Al menos no si estamos solos. ¿Qué connotaciones hay? ¿Estaremos rompiendo el equilibrio? Vuelve a casa y pega un post-it en la puerta: anótalo, porque hoy harás lo que te apetece.
Si en tu cabeza sabes que lo que haces no está mal, no tienes por qué sentir miedo. No hay connotaciones, sólo ganas de ser un poco notas.
El índice de sordomudos ha debido de aumentar en un 120%.
Ay, ¿y de verdad que todos se concentran en RENFE?
El teléfono es mi enemigo por excelencia, qué digo, desde ahora lo llamaré mi archi-enemigo.
Lo siento, nunca entenderé el mensaje de los móviles, ¿Qué significa un toque?
Un toque significa…
- Que ya he llegado y te estoy esperando
- Que estoy de camino
- Que no tengo saldo y quiero que me llames
- Que quiero que me llames para que me rescates
- Que me he acordado de ti
- Que te he mandado un mensaje
- Que quiero que me respondas si has leído el mensaje
- Que he recibido tu mensaje
- Que estoy de acuerdo con tu mensaje (hay hasta códigos secretos donde dos toques significa desacuerdo)
- Que estoy en otra parte y quiero que vengas
- Que estoy abajo en tu puerta (por no llamar al portero)
- Que estoy bien (a las madres)
- Que todo ha salido como esperaba
- Y, en el extremo de los casos, que todo ha salido mejor de lo que esperaba ;)
A mí me lía muchísimo porque a veces no sé si la persona ha llegado antes o va a llegar tarde, si están abajo esperando o han recibido mi mensaje, si quieren que les llame o se han acordado de mí, ¿mientras todo les salía mejor de lo que esperaban?
Etiquetas: comunicación, listas
Etiquetas: día a día
No, mejor quédate. Apaga los aparatos eléctricos, la luz y quédate. Disfruta de los sentidos apartando la vista por un momento, siente, haz lo que más deseas, las conversaciones en la oscuridad son las mejores. Creo que todo el mundo debería apagar todo en su casa al menos una vez al mes (y no sólo por temas ecológicos). Coger unas velas, ayudarse y alejarse de todo lo material que tenemos alrededor y que nos atrapa día a día. A mí que estoy escribiendo esto en el ordenador; a ti que estás detrás de la pantalla leyéndolo. No disimules, ese enganche exterior no ocurre con las tecnologías más simples. Las horas se estiran para disfrutarlas (y perder la noción del tiempo), no se acortan para pasar el rato.
A veces necesitamos ver la película con la luz apagada para que el reflejo no nos ciegue.
Hoy es uno de esos días en los que disfruto de las noches tranquilas en casa viendo pelis, comiendo chuches, escuchando música y leyendo un rato.
Adoro su estilo poppy con ritmos alegres y letras con sentido (que a veces no son tan alegres).
Quiero vivir en ese mundo de colores :)
Reconócelo, desde el momento en que entraste en la universidad comenzaste a cambiar. Fue algo lento, como cuando eres pequeño y empiezas a crecer, ni te inmutas y cuando miras hacia atrás ves que ya has ganado unos cuantos centímetros. Entonces llega un momento en el que te das cuenta de que nada es igual: has conocido gente nueva de todo tipo, con diferentes aspiraciones y algunos intereses comunes; los profesores (en su mayoría) saben de lo que hablan; tienes una libertad que ansiabas y que disfrutas: ya no te fijas en nimiedades sin importancia y prestas atención a temas más cercanos; esa libertad hace que te animes y que en otras ocasiones te sientas totalmente perdido, sobre todo en temas de burocracia que antes ignorabas por completo; aprovechas cada vez más el tiempo libre; eliges, eliges y eliges una y otra vez: con quién salir, qué planes hacer, cómo disfrutar, ser prudente y algo arriesgado a veces, qué sentir, con quién compartir, dónde quedarse. Ya no estamos atados a un mundo que nos vino dado, ya no dependemos de esa institución que nos presentó a esos «amigos de toda la vida» (que probablemente lo seguirán siendo) y a esas enseñanzas que no pudimos elegir. Tenemos más campos, más ámbitos, más actividades, en definitiva: más opciones. Somos jóvenes, tenemos energía. No somos adultos: de repente, la política y la economía dejan de ser tema de interés para los debates (aquéllos que tuvimos en las clases de historia). No somos niños: queremos justificaciones, independencia y capacidad para desenvolvernos.
A lo mejor es un camino inevitable en cualquier persona y no tiene nada que ver con la educación superior, pero puedo asegurar que con la universidad sí ocurre. Y me encanta. Siento las ganas de vivir, alejando las incertidumbres y miedos de la adolescencia, cada vez somos más fuertes y sentimos de una forma más pura, más verdadera y más bonita. Apreciamos la vida. Apreciamos lo que tenemos dentro; es decir, todo.
Además, sabemos que estudiar es sólo una opción, es una manera de gratificación personal por aprender detalles del tema que más nos entusiasma, por conocer, por ampliar nuestra mente y objetivos, pero aun con todo, no es imprescindible ni mucho menos, no es ni siquiera mejor que una opción autodidacta o empirista. En realidad es sólo eso, una opción.
Etiquetas: universidad, vueltas de hoja
Etiquetas: arte
Etiquetas: día a día, libros, vueltas de hoja
No me gustan los textos justificados (las letras saltarinas al final de cada línea le quitan seriedad), pero sí con apertura de nuevo párrafo marcado por el tabulador... Así que como no sé por qué no me lo reconoce el blog, seguiré utilizando el doble espacio para marcar la diferencia de párrafo.
¿Sabíais que si una palabra llana (normalmente voz extranjera) termina por «s» después de consonante sí que se tilda? ¿Y que se puede escribir zebra? ¿Y que existe la palabra virgulilla? ¿Y que la RAE quiere que la escritura se aproxime lo máximo posible a la fonética pero que todos los dialectos se atienen a las normas generales del español?
Si uno quiere puede aprender hasta de las obligaciones más inútiles.
Etiquetas: language
Etiquetas: comunicación, día a día, vueltas de hoja
Dibuja un círculo, frótalo con la mano y será un círculo vicioso.
Así ocurre siempre que empezamos algo que nos gusta: tendemos a empezar con ilusión, con mucha energía, seguir con menos constancia aunque con inspiración parecida, terminamos por abandonarlo y, voilà, tiempo después recuperamos aquello que en un momento nos mantenía entretenidos y nos ayudaba a sentirnos mejor... ¿que nos recuerda a las relaciones? Puede ser. Al fin y al cabo es un tema que todo el mundo tiene siempre en la cabeza, sólo hay que atender (eufemismo de cotillear) un poco y ver qué es lo que preocupa a la gente... efectivamente, el cariño, y lo que es peor, la falta de éste.
De todos modos todo esto era una excusa para tener una razón por la que volver aquí y expresarme; necesito hacer que tengo gente que me escucha, necesito hablar para alguien aparte de para mí misma, así me obligo a expresarme de una manera en la que sobre eso de: "yo me entiendo", porque cuando vaya a releer esto dentro de un tiempo ya no seré la misma. Así que no importa si el blog está en realidad cerrado o abierto; saber que está en internet ya autosugestiona un mundo aparte del papel y el lápiz del cajón que nadie mira.
El verano se ha acabado, vaya, ya han pasado dos estaciones enteras y media de otra desde la última vez que visité este lugar, pero da igual, sigue habiendo tantas cositas que hacen que me sienta cada vez más libre y más contenta de estar aquí, de poder disfrutar conmigo misma y de intentar ser cada vez más independiente, no dejando que lo insignificante estropee lo bueno del mundo, y para ello, a veces, necesito apoyarme en alguna película interesante.
Estoy segura de que ésta es la entrada más personal que escribiré en un tiempo, próximamente hablaré de fallos gramaticales, fonéticos y de otros tipos, además de películas o situaciones que pueda analizar y positivar.
Cuando una habla de esta manera debe terminar con un profundo y sincero: aiiiiins :)
Etiquetas: día a día, vueltas de hoja