29 de diciembre de 2009

Ilusión

Son las diez de la mañana y estoy escuchando música. Estoy flotando, atontada, en una consecuencia de cosas que me encantan, que hacen que disfrute al 100% del presente, sin miras al qué ocurrirá, sin esperanzas futuras, sin ver nada más que todo lo que se mueve por aquí. ¿Qué más da? Ayer fue un día precioso, indescriptible, diferente… Nunca lo olvidaré. Porque hay momentos en los que da igual que diluvie, da igual que tu casa esté a oscuras y el cielo gris, una se ve capaz de coger su paraguas rosa roto y dejarse llevar por la ilusión, las sonrisas y un poco de nervios, todo hay que decirlo.

Fruto de la increíble capacidad de no necesitar, es la mejor manera de disfrutar, en serio, creedme. Hay muchos pájaros en mi cabeza y probablemente no esté segura ni de la mitad de los consejos que doy, pero por un momento hacedme caso. Dejad de necesitar, porque entonces lo que os den será breve y caduco… Y de otra manera, lo que os sea dado será inesperado y, sobre todo, extra; como un bonus para una pantalla especial que no sabías que existía.

El día de los inocentes… Un gran nombre para un día lejos de bromas pesadas y muñecajos de papel espatarrados. Inocencia. Alegría.
Hoy sí que sí:

¡Vivamos la realidad como si fuese fantasía!

22 de diciembre de 2009

¿Vosotros no tenéis también la sensación de que hay personas que no conocéis mucho pero que sabéis que si así fuera os llevaríais muy muy bien? Hoy he hecho recuento de esas personitas que desconocen que las veo como tales, que las veo especiales, que sé que tienen un montón de cosas dentro de las que podría aprender, vivir y disfrutar. Son personas que, por H o por B no forman parte de mis allegados, ni estaría invitada a sus cumpleaños ni me llamarían por teléfono para tomar un café. Probablemente he compartido algunas palabras con ellas, o incluso a veces es gente con la que no he tenido oportunidad de hacerlo y sólo (¿sólo?) hemos tenido una mirada pasajera.

Todas ellas tienen algo en común: son alegres. No siempre están alegres ni estáticas, claro que no, a veces están enfadadas o decaídas. Pero la energía que transmiten en la mayoría de las ocasiones es positiva, muy positiva.

Supongo que en realidad podemos elegir a quién conocer, con quién juntarnos, qué compartir... Pero siempre hay un gran factor random o incluso un dejarse-llevar que hace que te encuentres en una situación y acabes preguntándote cómo llegaste hasta ahí. Y echas de menos el origen para poder conocer a esas personitas de verdad, sólo que, bueno, también me gustan mis conocidos. Así que intentaré escarbar un poco más en esos grandes invisibles y misteriosos que desconocen mi punto de mira. A veces estáis ahí siempre, a veces sois fugaces.

21 de diciembre de 2009

Lucky luck

¡Bienvenida seas, suerte! Últimamente no sé qué pasa que todo parece ir sobre ruedas. A veces creo que es algo cíclico: con noviembre me apago, se va la luz del sol, los primeros agobios, los trabajos, las entregas, la gente empieza a no salir... De esto ya he hablado, ¿verdad? Y con diciembre vuelven las vacaciones, la gente a las calles, las luces, la ilusión... El único problema es el frííío y que cada vez pierdo los trenes con más frecuencia. Y a lo mejor no es tan malo...

Así que nada, chavalines, seguiré con mis pequeñas manualidades (qué jodías son, se me da mejor escribir) y algunos logrillos que me alegren los días.

¡Sed buenos!

12 de diciembre de 2009

Tic, tac, tic, tac...

Quedan 10 líneas para acabar este texto. Quedan 2 días de fin de semana, 6 para el próximo y para vacaciones, 12 para Nochebuena, 13 para Navidad, 19 para Nochevieja, 1 mes para volver a empezar, 2 para los exámenes, 3 para terminarlos.

Me quedan 200 páginas para terminar el libro, 2 días para entregar el trabajo, 8 horas para dormir, 20 minutos para desayunar, 5 para salir de casa, 2 horas para que termine la clase, 5 para acabar las obligaciones, 2 para ir a cenar y 5 para volver a dormir. Queda 1 hora para que suene el despertador, hora y media para que me levante.

¿No es estresante? Es lo que hacemos: fijarnos más en lo que va a ocurrir que en disfrutar lo que estamos viviendo, y así en un bucle.

Quedan 0 líneas para acabar este texto.

7 de diciembre de 2009

El transporte público me encanta, hay una especie de aura colectiva que te une a los demás y a la vez te separa mientras te lleva al destino que quieras. Sin embargo, hay cosas que se repiten día tras día, son como leyes de la física o como si RENFE contratase a personas para que cada una cumpla su papel en cada tren. En todo vagón:

- Hay alguien durmiendo

- Hay alguien leyendo

- Hay alguien cotilleando lo que otro lee

- Hay alguien miroteando por el reflejo del cristal (sí, hijo, sí se nota)

- Hay alguien gritando su vida mientras habla por teléfono

- Hay alguien que (hace que) estudia, repasa o subraya los apuntes

- Hay mensajes de megafonía que, o no se entienden o te dan igual pero los escucharás como veinte veces en tu trayecto

- Hay un pobre o un sordo o un todo a la vez pidiendo dinero a cambio de un sinfín de miniobjetos, desde linternas o kleenex, hasta muñecajos para el móvil.

- Hay alguien escuchando música, con sus variantes y posibles:

«Pongo el móvil y molesto a todo el mundo»

«Llevo cascos que parecen altavoces»

- Hay alguien, normalmente de pie, que no sabe adónde mirar

- Las pantallas siempre marcan mal la próxima estación

- Se juega al juego de las sillas, y hay verdaderos profesionales

- El sitio de la ventana tiene prestigio

- Ves a alguien correr desde el infinito para no perder el tren (da igual lo que quede para el siguiente o las prisas que haya, no soportamos ver cómo se va nuestro tren)

- Quitarse el abrigo y organizar las cosas es toda una odisea

- La gente se pide perdón por rozarse
.
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Sí, me encanta hacer listas.
.
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Pondré más a lo largo de la semana.

30 de noviembre de 2009

No me mires, únete


Bueno, bueno... Vayamos con otra entrada personal. Espero que no os aburra, y espero que esto cambie pronto... En cuanto acabe la semana y vuelva a mis energías positivas y mi no-estrés, claro.

Cuando hablo sobre mis horas de ping pong y mis largos ratos practicando yoga, la gente normalmente se ríe. Sí, sí, tal cual. Pueden decirme que «así yo también me saco la carrera» o «a ver si hay suerte y termina» o que deje de hacerlo si me siento estresada por no tener tiempo. ¿Qué puedo contestar? Que todos los que dicen algo así no tienen ni idea. Con el ping pong me desestreso, me esfuerzo, me concentro y procuro mejorar en algo que no está encaminado a un futuro, sino a disfrutar en un presente. Además, conozco gente nueva, compartimos un rato jugando y, por lo tanto, nos divertimos y todos estamos en un ambiente genial. Voy conociendo nuevos campos, cambio, no tengo por qué estar anclada sólo en lo que se me da bien; ya sé que lo práctico no es mi fuerte pero por eso quiero mejorar. Me encanta jugar.

El yoga me proporciona casi lo contrario, es una forma de esforzarme al máximo, de soportar el dolor y de mantenerme en una postura determinada por un tiempo. Me conozco, controlo mi cuerpo, lo escucho y lo manejo en consecuencia porque así soy consciente de cada parte. Si nunca hubiera practicado yoga nunca habría sabido que hay ciertas cosas que sí podemos hacer y que nunca intentamos. Es un conocimiento profundo, evitando la tensión y fomentando el equilibrio. Un equilibrio sereno, de optimismo, basado en el autocontrol completo de cuerpo y mente que a veces desconocemos. Es difícil estar atento de todas las partes a la vez, siempre hay alguna que prefiere volver a su lugar original. Elimina los prejuicios, fomenta la autoconfianza. Y como ayuda a la elasticidad, es un proceso que requiere mucha paciencia y esfuerzo, porque los resultados son algo lentos aunque muy efectivos. Al final siempre me deja como atontada, es un estado diferente, después de haber hecho ejercicio durante bastante rato y haber forzado unos cuantos músculos, los relajo todos de repente y dejo mi mente tranquila, tan interiorizada que cuando salgo de clase me parece que vivo en un mundo exterior al resto de la gente.

Por supuesto, no podría olvidar el patinaje, mis queridos twister y todo lo que conlleva llevar unos patines puestos mientras el mundo sigue caminando. Pero como puedo ser algo pesada, dejo el tema para otro día; de los rollers puedo hablar largo y tendido. Si tuviera que resumirlo lo haría con la palabra libertad. Algunas veces de movimientos del cuerpo como ocurre en yoga o de expresión como en el baile; y otras de sensaciones con el exterior, la música, el aire, la velocidad y el espacio en general.

Creo que a cada deporte y a cada actividad se le puede sacar algo nuevo que proporciona bienestar, y a veces depende un poco de los gustos y preferencias. Por ejemplo, a mí me gustan más los deportes individuales que los de equipo pero comprendo que no por ello tienen que ser mejores.

La gente cree que aquéllo que no tiene una relación directa con las obligaciones trabajo/estudios es inservible y sólo reduce el tiempo. ¿Sentís curiosidad por algo en especial? Siempre hay tiempo para ello, siempre os hará estar más relajados. Os invito a hacerlo. Dejad los prejuicios a un lado: ni es demasiado raro, ni es demasiado difícil, ni sois demasiado mayores o demasiado ocupados. Nada, fuera, fus con esos pensamientos. No me sirven.

¿Que deje de hacerlo? Mirad, para mí son precisamente esos momentos los que me hacen estar viva, los que me hacen sonreír, los que me recuerdan que existe algo más que entregar trabajos de temas por los que no siento ningún entusiasmo y asistir a clases en las que no aprendo casi nada nuevo.

26 de noviembre de 2009

Frío, frío...

Hay veces en las que siento frío pero no puedo arroparme, en las que no tengo hambre y me muero de sueño; puedo comer, no puedo dormir. La cabeza no tiene energías, mi cuerpo tampoco. No me siento con ganas de sentir, no me siento con ganas de nada más que de tumbarme y de que pasen las horas, pero no puedo permitírmelo, tengo demasiadas cosas en la cabeza que tengo que ordenar y otras tantas que debo entregar. La lucidez no me acompaña, las ganas tampoco. Me dicen que estoy pálida, digo que no he dormido apenas. Últimamente no como como debería, sólo engullo, el reloj va en mi contra. No saboreo, total, la comida es precocinada. Se me bajan los párpados, se me enfrían las manos. Decido coger el termómetro. Me lo pongo, marca 34,10º. Anda, soy tan fría como algunos pensaban.
Ay, las temperaturas…

¡Brrrr!

22 de noviembre de 2009

Amitié

¿Sabéis qué? Me he dado cuenta de que sólo se puede hablar de amitié cuando no existe ninguna necesidad, cuando no quieres que haya alguien a tu lado por algún fin o interés futuro más allá del presente, ya sea porque te gusta la persona, porque necesitas a alguien con quien salir o porque quieres que escuchen tus problemas. Cuando no necesitas nada de eso y aun así sientes un cariño increíble por una persona y unas ganas de compartir el tiempo, entonces existe la amitié.

Podría coger miles de frases que todo el mundo formula o se pone en los nicks, podría hablar de falsas amistades, de amistades que no son lo que creíamos, de comodidades («es mi amigo porque… bueno, porque siempre lo ha sido»), de traiciones, de quienes creen que los amigos siempre vuelven y de los que afirman que la amistad en realidad no existe. Pero no es eso lo que me interesa. Me interesan las personas independientes, las que no necesitan apoyo, las que disfrutan de lo que les rodea sin considerarlo un bastón.

Y sí, ese cariño se puede sentir y respirar, se puede disfrutar muchísimo de un abrazo desinteresado por el simple hecho de mostrar cariño. No porque hayas contado tus problemas y hayan sentido compasión, no porque estés triste, no porque haya un querer acercarse. Son suspiros de amitié, sean grupales o sean individuales, son suspiros… Y yo jamás he podido negarme a un ains, sea cual sea su naturaleza.

Nunca he tenido tantas ganas de tomarme la penúltima.

19 de noviembre de 2009

Se7en





Con esta entrada quiero demostrar que los pecados capitales ocupan más o menos el mismo lugar que sus opuestos en la línea bien-mal que algunos se atreven a trazar. Por supuesto, con diccionario de antónimos en mano, no los que la iglesia se saca de la manga:

LUJURIA – CASTIDAD/ABSTINENCIA

ENVIDIA – CONFORMIDAD

SOBERBIA – HUMILDAD/MODESTIA

AVARICIA – GENEROSIDAD

GULA – AYUNO

IRA – SERENIDAD

PEREZA – LABORIOSIDAD

La envidia no tiene antónimo, y no cristianitos, el amor a dios y al prójimo no es su contrario, a ver si dejamos ya la biblia y nos ponemos con semántica. Para mí sería algo así como alegrarse por los triunfos de los demás, sin embargo, los triunfos pueden conllevar tanto alrededor que prefiero no meterme demasiado en el tema, por ahora.

La soberbia, a mi parecer, tampoco tiene antónimo. Aquí sí discrepo con los diccionarios, pero he incluido la humildad para no hacer trampas y porque me parece una virtud digna de mención. Si la soberbia es el orgullo, la arrogancia y la altivez menospreciando a los demás, su opuesto se corresponde con un complejo de inferioridad, de falta de autoestima y casi de servilismo.

La gula aparece también como antónimo de la templanza. Ya, claro.

¿Cuánto puede afectar la religión al vocabulario y la manipulación de diccionarios?

En rojo señalo los que obviamente no tienen su característica positiva en el antónimo. No creo que haga falta explicación (por si acaso, estar todo el día trabajando no me hace mucha gracia). La virtud estaría en un punto medio o a veces tirando para el pecado capital.

En verde señalo los que sí se corresponden con algunas virtudes que considero importantes.

Conclusiones:

- La clave está en el punto medio, dígase, en cumplir la mitad de los pecados capitales sin llegar a extremos y en seguir las virtudes de la mitad restante.

- Podríamos hacer una nueva lista de pecados mayúsculos con los antónimos de los capitales.

ARISTÓTELES 1IGLESIA 0


Psst, un secretillo personal…

Dos pecados preferidos: lujuria & soberbia // Peores pecados: ira & envidia

Dos virtudes preferidas: humildad & serenidad // Peores virtudes: ayuno & abstinencia

15 de noviembre de 2009

¿Estudias o trabajas?

Vamos a aclarar ciertas cosillas para que no tengáis problemas cuando os encontréis con alguien que estudia Traducción e interpretación. El resumen es básico: no hagas comentarios estúpidos.

Situación Uno:

- ¿Y eso qué es, para ser actriz?

Siempre está bien saber que la gente sólo escucha la parte final de tus frases, así puedes insultarles al principio. Acabamos optando por decir Traducción a secas.

Situación Dos:

- ¿Y eso para qué sirve?

Creo que para traducir e interpretar, pero no me hagas mucho caso.

Situación Tres:

- ¡Ah! ¿Y sabes hablar muchos idiomas? Dime algo en [idioma aleatorio].

No, amigos. En Traducción no se aprende una mierda a menos que los estudies en otra parte. Y aunque mola decir cosas en otros idiomas, no somos genios, no sabemos todas las palabras y no podéis presionar un botón para que nos pongamos a hablar con un perfecto acento ruso.

Situación Cuatro:

- [Futuro Traductor]: pues bueno, estudio chino.
- Yo en chino sólo sé decir sayonara.

Si no tienes ni idea mejor ni lo intentes. Y no, el chino y el japonés no son «casi iguales». ¿Acaso tú sabes hablar francés sólo porque tenga el mismo origen que el castellano?

Situación Cinco:

- Yo una vez traduje (...)

O su variante:

- Traducir es fácil ¿no?

Me parece genial que me digas a la cara que eres un intruso. Sí, y también me parece genial que creas que interpretar es hacer de celestino para que tu amigo pille cacho con una guiri.

- Consigo que me entiendan.

¡No lo dudo! Tócale una teta, seguro que así también te entiende.

Situación Seis:

- Pues los japos han inventado no-sé-qué-historia que traduce los textos al instante.

No nos hundáis, ya sabemos que está jodido encontrar trabajo. Aun así creo que me sería difícil explicaros que para hacer una traducción hay que conocer las culturas y saber cómo encaminar los textos, expresando lo mejor posible lo mismo que el autor quería suscitar en sus lectores. Es decir, que no sirve con una lista de palabrejas y un poco de sintaxis (aunque aquí me meto menos, que hay ciertos escritos que siguen estructuras fijas y en los que sí se puede hacer así).

Situación Siete:

Viendo una peli:

- Venga, la traductora, ¿qué ha dicho?
- Aksdlfjsgvi.

No, no sabemos maya.

Continuará...

12 de noviembre de 2009

Soy una notas

¿Acaso tú no notas el miedo que nos acecha?
Estamos en la calle, queremos saltar y no lo hacemos. Queremos reír y no lo hacemos. Queremos correr porque nos apetece y no lo hacemos. Queremos sonreír a alguien y no lo hacemos. Queremos sentarnos en el suelo y no lo hacemos. Al menos no si estamos solos. ¿Qué connotaciones hay? ¿Estaremos rompiendo el equilibrio? Vuelve a casa y pega un post-it en la puerta: anótalo, porque hoy harás lo que te apetece.

Si en tu cabeza sabes que lo que haces no está mal, no tienes por qué sentir miedo. No hay connotaciones, sólo ganas de ser un poco notas.

10 de noviembre de 2009

Preguntas férreas

El índice de sordomudos ha debido de aumentar en un 120%.
Ay, ¿y de verdad que todos se concentran en RENFE?

9 de noviembre de 2009


Un lápiz, un boli, un replay e instrumentos para borrar. Sí, pero ¿y el soporte? El primero sobre los cuadernitos Rubio es completamente cuadriculado, hasta sugiere el tamaño que debe tener la letra sin podernos salir de esas líneas.

Más tarde tenemos el cuaderno de cuadros, que es parecido, solo que ahora tenemos algo más de libertad, podemos escribir lo que queramos. Algunos deliberan y se confunden entre los cuadernos de cuadros y los de rayas (según el grado de encajonamiento que se desee).

Luego vienen los odiados folios (aunque por otra parte nos encantan porque podemos utilizar el tippex sin que se note que se han borrado las líneas) y al igual que ocurría al repasar el lápiz con boli, todos queremos que parezca que lo hacemos perfecto sin que se vean los fallos; ahí entra la función falsilla. Una de las pocas veces en las que das gracias por que los rotuladores calen. Entonces te prohíben usar falsilla (¿antes te obligaban a escribir a cuadros y ahora te prohíben tener una guía?), y como cuando tienes que decidir por primera vez, primero lo haces con miedo, te tuerces, te maldices por torcerte, no dejar márgenes y apelotonar las letras. Luego le vas cogiendo el tranquillo y consigues escribir con tu propia letra, sin guías, sin falsillas, sin espacios determinados y sin límites de longitudes. Más limpio, más cuidado, más blanco, más tippex.

8 de noviembre de 2009

El poder de una llamada

El teléfono es mi enemigo por excelencia, qué digo, desde ahora lo llamaré mi archi-enemigo.

Lo siento, nunca entenderé el mensaje de los móviles, ¿Qué significa un toque?

Un toque significa…

- Que ya he llegado y te estoy esperando

- Que estoy de camino

- Que no tengo saldo y quiero que me llames

- Que quiero que me llames para que me rescates

- Que me he acordado de ti

- Que te he mandado un mensaje

- Que quiero que me respondas si has leído el mensaje

- Que he recibido tu mensaje

- Que estoy de acuerdo con tu mensaje (hay hasta códigos secretos donde dos toques significa desacuerdo)

- Que estoy en otra parte y quiero que vengas

- Que estoy abajo en tu puerta (por no llamar al portero)

- Que estoy bien (a las madres)

- Que todo ha salido como esperaba

- Y, en el extremo de los casos, que todo ha salido mejor de lo que esperaba ;)

A mí me lía muchísimo porque a veces no sé si la persona ha llegado antes o va a llegar tarde, si están abajo esperando o han recibido mi mensaje, si quieren que les llame o se han acordado de mí, ¿mientras todo les salía mejor de lo que esperaban?

3 de noviembre de 2009

Pen(cil)?


De peque cuando empiezas a escribir todo es con lápiz, si te has equivocado lo puedes borrar sin que se note cuál era el fallo. Todos conocen el truco. Más tarde te van introduciendo el boli. Primero escribes a lápiz y luego lo repasas. Demasiado tiempo. Te niegas a él y compras una goma de los chinos que dicen que borra el boli: mentira, tan sólo rompe el papel. Como en realidad sí quieres que tu trabajo esté bien hecho pero que no se vean los fallos, decides comprarte un replay, que lo disimula. Luego te das cuenta de que sí se nota lo que había debajo y sufres hasta que un día te presentan lo que siempre habías deseado: el tippex.
Un elemento tóxico-adictivo que tapa completamente el fallo que habías tenido y lo único que se puede intuir es las veces que lo has utilizado.

1 de noviembre de 2009

¡Apaga y vámonos!

No, mejor quédate. Apaga los aparatos eléctricos, la luz y quédate. Disfruta de los sentidos apartando la vista por un momento, siente, haz lo que más deseas, las conversaciones en la oscuridad son las mejores. Creo que todo el mundo debería apagar todo en su casa al menos una vez al mes (y no sólo por temas ecológicos). Coger unas velas, ayudarse y alejarse de todo lo material que tenemos alrededor y que nos atrapa día a día. A mí que estoy escribiendo esto en el ordenador; a ti que estás detrás de la pantalla leyéndolo. No disimules, ese enganche exterior no ocurre con las tecnologías más simples. Las horas se estiran para disfrutarlas (y perder la noción del tiempo), no se acortan para pasar el rato.



A veces necesitamos ver la película con la luz apagada para que el reflejo no nos ciegue.

28 de octubre de 2009

¿Cómo te sientes hoy?

Alegre, seguro que alegre.

Pero, ¿te apetece bailar y cantar mientras envías una carcajada al mundo? ¿O te apetece recluirte en tu propia felicidad y sentir lo más profundo de ella mientras se te escapa una sonrisa?

¿Diferentes sentimientos o diferente forma de expresar algo similar?

26 de octubre de 2009

Life in Cartoon Motion

Hoy es uno de esos días en los que disfruto de las noches tranquilas en casa viendo pelis, comiendo chuches, escuchando música y leyendo un rato.

¡Gracias, Mika!





Adoro su estilo poppy con ritmos alegres y letras con sentido (que a veces no son tan alegres).

Quiero vivir en ese mundo de colores :)

25 de octubre de 2009

Eternal fear of change


- Si estamos solteros y dudamos de si queremos a alguien, significa que hay algo fuerte.

- Si tenemos pareja y dudamos de si la queremos, significa que se está perdiendo algo fuerte.

Preferimos dudar y no reconocerlo. No vaya a ser que haya que cambiar.

21 de octubre de 2009

Te va a cambiar

Reconócelo, desde el momento en que entraste en la universidad comenzaste a cambiar. Fue algo lento, como cuando eres pequeño y empiezas a crecer, ni te inmutas y cuando miras hacia atrás ves que ya has ganado unos cuantos centímetros. Entonces llega un momento en el que te das cuenta de que nada es igual: has conocido gente nueva de todo tipo, con diferentes aspiraciones y algunos intereses comunes; los profesores (en su mayoría) saben de lo que hablan; tienes una libertad que ansiabas y que disfrutas: ya no te fijas en nimiedades sin importancia y prestas atención a temas más cercanos; esa libertad hace que te animes y que en otras ocasiones te sientas totalmente perdido, sobre todo en temas de burocracia que antes ignorabas por completo; aprovechas cada vez más el tiempo libre; eliges, eliges y eliges una y otra vez: con quién salir, qué planes hacer, cómo disfrutar, ser prudente y algo arriesgado a veces, qué sentir, con quién compartir, dónde quedarse. Ya no estamos atados a un mundo que nos vino dado, ya no dependemos de esa institución que nos presentó a esos «amigos de toda la vida» (que probablemente lo seguirán siendo) y a esas enseñanzas que no pudimos elegir. Tenemos más campos, más ámbitos, más actividades, en definitiva: más opciones. Somos jóvenes, tenemos energía. No somos adultos: de repente, la política y la economía dejan de ser tema de interés para los debates (aquéllos que tuvimos en las clases de historia). No somos niños: queremos justificaciones, independencia y capacidad para desenvolvernos.

A lo mejor es un camino inevitable en cualquier persona y no tiene nada que ver con la educación superior, pero puedo asegurar que con la universidad sí ocurre. Y me encanta. Siento las ganas de vivir, alejando las incertidumbres y miedos de la adolescencia, cada vez somos más fuertes y sentimos de una forma más pura, más verdadera y más bonita. Apreciamos la vida. Apreciamos lo que tenemos dentro; es decir, todo.

Además, sabemos que estudiar es sólo una opción, es una manera de gratificación personal por aprender detalles del tema que más nos entusiasma, por conocer, por ampliar nuestra mente y objetivos, pero aun con todo, no es imprescindible ni mucho menos, no es ni siquiera mejor que una opción autodidacta o empirista. En realidad es sólo eso, una opción.

19 de octubre de 2009

Por amor al arte


No me gustan los museos. Son como las bibliotecas: lugares llenos de arte maltratado. Siempre está en salas sobrias, de colores poco atrayentes en un ambiente de silencio absoluto y seriedad. Lo siento, para mí el arte no es eso, para mí es expresividad, y aunque me encante leer en silencio y a veces los cuadros o esculturas haya que observarlos sin ruido, no me parece que en esos lugares se consiga la intimidad que uno quiere, así que si no puede ser así, mejor acompañar la visita con un poco de charla. Además creo que está maltratado porque la belleza de un cuadro es difícil contemplarla si siempre andamos comparando con los que hemos visto alrededor. Seguro que si viéramos alguno de esos en casa de algún conocido nos sorprendería muchísimo más que en una enorme sala con otros tantos que ves pasando como en una hilera.

Otra cosa que me ocurre tanto con cuadros, como con esculturas, libros y películas es que no puedo escuchar las opiniones de los demás antes de verlos, sobre todo en pintura, donde el simbolismo y las técnicas están tan sumamente estudiados y cuadriculados. ¡Como si lo que un cuadro suscita a cada persona pudiera describirse con cuatro tecnicismos! Eso sí, una vez que termino de leer un libro o de ver una película necesito buscar información sobre ellos, ver los distintos puntos de vista y conseguir analizar esos puntos a los que no había prestado atención. ¡Cuánta subjetividad, cuánta irracionalidad!

10 de octubre de 2009

Letras, s'il vous plaît


Ayer volví a revivir el libro de El Principito, cuando al enseñarle a una niña algo que había hecho, me dijo:

«Guau, te ha debido (de) costar mucho dinero»


Bueno, también dijo otras cosas y sólo espero que en realidad ahora el dinero sea sinónimo de esfuerzo (el dinero se consigue por el trabajo, aunque yo sea eterna estudiante) porque como decía, me recordó a este párrafo de ese libro que suscitó algo en mí cuando lo leí, algo tan bonito que no se puede describir:


«Les grandes personnes aiment les chiffres. Quand vous leur parlez d'un nouvel ami, elles ne vous questionnent jamais sur l'essentiel. Elles ne vous disent jamais: "Quel est le son de sa voix ? Quels sont les jeux qu'il préfère ? Est-ce qu'il collectionne les papillons ?" Elles vous demandent: « Quel âge a-t-il ? Combien a-t-il de frères ? Combien pèse-t-il ? Combien gagne son père ?" Alors seulement elles croient le connaître.»


«A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿qué juegos prefiere? ¿le gusta coleccionar mariposas?, pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿cuántos hermanos? ¿cuánto pesa? ¿cuánto gana su padre?. . . Solamente con estos detalles creen conocerle.»
Es triste, ¿verdad? En todos sitios escuchamos hablar de números, cifras, de grandiosidades al fin y al cabo. Ojalá hubiera alguien que comprendiera que aunque hay millones de cosas que rodean a los números, lo esencial es invisible a los ojos, y también a las cuentas.
P.D: Pongo el original y la traducción porque como se sabe, siempre se pierde algo y, qué leches, porque me encanta cómo suena en francés :)

7 de octubre de 2009

Justificaciones

No me gustan los textos justificados (las letras saltarinas al final de cada línea le quitan seriedad), pero sí con apertura de nuevo párrafo marcado por el tabulador... Así que como no sé por qué no me lo reconoce el blog, seguiré utilizando el doble espacio para marcar la diferencia de párrafo.

¿Sabíais que si una palabra llana (normalmente voz extranjera) termina por «s» después de consonante sí que se tilda? ¿Y que se puede escribir zebra? ¿Y que existe la palabra virgulilla? ¿Y que la RAE quiere que la escritura se aproxime lo máximo posible a la fonética pero que todos los dialectos se atienen a las normas generales del español?

Si uno quiere puede aprender hasta de las obligaciones más inútiles.

6 de octubre de 2009

Claroscuro


- Piiiii (suena el portero)
- ¿Quién?
- ¡Soy yo!

Las relaciones entre la gente son asombrosas. ¿Qué diferencia hay entre un «yo» y un profundo silencio? Bueno, vale, el tono de voz, pero, ¿de verdad creemos que nuestra voz es inconfundible?
Sin embargo no me quejo de estas oscuras respuestas en absoluto, todo lo contrario… De hecho, ¡ojalá todo fuera así y no hubiera que poner nombres concretos a todo lo que está claro!
El otro día estaba charlando con una amiga con la que tengo bastante confianza y hablábamos de eso que preocupa al mundo: las relaciones (vale, para qué engañarnos, hablábamos de chicos y ya está). Entonces resulta que parece que hay que tener claramente diferenciada cada etapa de una relación con alguien del sexo opuesto cuando surge algo más que amistad (¿ha sido un lío, estamos de rollo, estamos saliendo, somos pareja de hecho? ¡Dios Santo! ¿Os imagináis hacer lo mismo con cualquier otra relación? Ejemplificando se entiende la gente:
- Espera, Cristina, tenemos que hablar
- ¿Qué pasa?
- Es que, necesito saberlo, ¿somos mejores amigas, una amiga más, sólo conocidas, compañeras?
- ¡Y yo qué sé!
Normalmente con la gente simplemente nos llevamos bien, pasamos buenos ratos, la relación es única y se va desarrollando, no hay límites (es un continuum, como les encanta decir a mis profesores) ni palabras concretas que lo definan.

26 de septiembre de 2009

Ciclos

Dibuja un círculo, frótalo con la mano y será un círculo vicioso.




Así ocurre siempre que empezamos algo que nos gusta: tendemos a empezar con ilusión, con mucha energía, seguir con menos constancia aunque con inspiración parecida, terminamos por abandonarlo y, voilà, tiempo después recuperamos aquello que en un momento nos mantenía entretenidos y nos ayudaba a sentirnos mejor... ¿que nos recuerda a las relaciones? Puede ser. Al fin y al cabo es un tema que todo el mundo tiene siempre en la cabeza, sólo hay que atender (eufemismo de cotillear) un poco y ver qué es lo que preocupa a la gente... efectivamente, el cariño, y lo que es peor, la falta de éste.

De todos modos todo esto era una excusa para tener una razón por la que volver aquí y expresarme; necesito hacer que tengo gente que me escucha, necesito hablar para alguien aparte de para mí misma, así me obligo a expresarme de una manera en la que sobre eso de: "yo me entiendo", porque cuando vaya a releer esto dentro de un tiempo ya no seré la misma. Así que no importa si el blog está en realidad cerrado o abierto; saber que está en internet ya autosugestiona un mundo aparte del papel y el lápiz del cajón que nadie mira.

El verano se ha acabado, vaya, ya han pasado dos estaciones enteras y media de otra desde la última vez que visité este lugar, pero da igual, sigue habiendo tantas cositas que hacen que me sienta cada vez más libre y más contenta de estar aquí, de poder disfrutar conmigo misma y de intentar ser cada vez más independiente, no dejando que lo insignificante estropee lo bueno del mundo, y para ello, a veces, necesito apoyarme en alguna película interesante.

Estoy segura de que ésta es la entrada más personal que escribiré en un tiempo, próximamente hablaré de fallos gramaticales, fonéticos y de otros tipos, además de películas o situaciones que pueda analizar y positivar.

Cuando una habla de esta manera debe terminar con un profundo y sincero: aiiiiins :)