21 de octubre de 2009

Te va a cambiar

Reconócelo, desde el momento en que entraste en la universidad comenzaste a cambiar. Fue algo lento, como cuando eres pequeño y empiezas a crecer, ni te inmutas y cuando miras hacia atrás ves que ya has ganado unos cuantos centímetros. Entonces llega un momento en el que te das cuenta de que nada es igual: has conocido gente nueva de todo tipo, con diferentes aspiraciones y algunos intereses comunes; los profesores (en su mayoría) saben de lo que hablan; tienes una libertad que ansiabas y que disfrutas: ya no te fijas en nimiedades sin importancia y prestas atención a temas más cercanos; esa libertad hace que te animes y que en otras ocasiones te sientas totalmente perdido, sobre todo en temas de burocracia que antes ignorabas por completo; aprovechas cada vez más el tiempo libre; eliges, eliges y eliges una y otra vez: con quién salir, qué planes hacer, cómo disfrutar, ser prudente y algo arriesgado a veces, qué sentir, con quién compartir, dónde quedarse. Ya no estamos atados a un mundo que nos vino dado, ya no dependemos de esa institución que nos presentó a esos «amigos de toda la vida» (que probablemente lo seguirán siendo) y a esas enseñanzas que no pudimos elegir. Tenemos más campos, más ámbitos, más actividades, en definitiva: más opciones. Somos jóvenes, tenemos energía. No somos adultos: de repente, la política y la economía dejan de ser tema de interés para los debates (aquéllos que tuvimos en las clases de historia). No somos niños: queremos justificaciones, independencia y capacidad para desenvolvernos.

A lo mejor es un camino inevitable en cualquier persona y no tiene nada que ver con la educación superior, pero puedo asegurar que con la universidad sí ocurre. Y me encanta. Siento las ganas de vivir, alejando las incertidumbres y miedos de la adolescencia, cada vez somos más fuertes y sentimos de una forma más pura, más verdadera y más bonita. Apreciamos la vida. Apreciamos lo que tenemos dentro; es decir, todo.

Además, sabemos que estudiar es sólo una opción, es una manera de gratificación personal por aprender detalles del tema que más nos entusiasma, por conocer, por ampliar nuestra mente y objetivos, pero aun con todo, no es imprescindible ni mucho menos, no es ni siquiera mejor que una opción autodidacta o empirista. En realidad es sólo eso, una opción.

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